jueves, 12 de julio de 2018

Croacia hace historia al avanzar a la primera final de un Mundial

Mbappé o Modric. Pogba o Rakitic. Griezmann o Mandzukic. Moscú coronará este domingo como campeona del mundo a la selección de Francia o a la de Croacia, la única superviviente ayer en el estadio de Luzhniki de un pulso hercúleo con la escuadra de Inglaterra, a la que batió por 2-1.

Los pupilos de Zlatko Dalic vencieron con el físico deshecho, que no el orgullo ni el honor, después de remontar un tanto encajado en el minuto cinco y de forzar la prórroga por tercer encuentro consecutivo.

Los once elegidos por Zlatko Dalic no pudieron oxigenar desde el arranque sus músculos a través del toque de Luka Modric, porque los Tres Leones impusieron su vértigo, evitando que el pulso pasase por el medio, ahí donde el ‘10’ madridista e Ivan Rakitic son normalmente los catalizadores del juego.

A Modric, de hecho, se le esperaba desafiante desde el inicio ante la meta defendida por Jordan Pickford, pero arrancó la semifinal más cerca de su área.

Y en la zona central, próxima al semicírculo, cazó a Dele Alli. Esa falta habilitó a Kieran Trippier para un formidable golpeo que terminó en gol, en el minuto cinco, lo que obstaculizó la hazaña.

Harry Kane y Jesse Lingard, del Manchester United, pudieron castigar igualmente al combinado croata, excedido en la cautela en el primer parcial, pero el 0-1 se mantuvo hasta la pausa.

Apocado ante la vigorosa propuesta de los Tres Leones, vibrantes y punzantes en sus ataques, el conjunto ajedrezado contó apenas tres arrebatos de Ante Rebic. Ese fue todo el discurso ofensivo de un equipo que no halló al Modric brillante de otras ocasiones.

Durante los 45 minutos iniciales estuvo dubitativo -como el resto- ante la grandeza del escenario, mientras parte del estadio se unía en abucheos a Domagoj Vida, señalado desde que gritó ‘¡Gloria a Ucrania!’ mientras celebraba la eliminación de la anfitriona.

Su ánimo mudó con el comienzo de la segunda mitad. Se aguardaba que jugadores con el carácter de Rebic y Mandzukic y la jerarquía de Modric y Rakitic se mostrasen reaccionarios. Se sumó igualmente Perisic, con un disparo lejano que tumbó a Walker.

En el siguiente ataque sí acertó el ‘4’ al levantar el botín sobre la cabeza del ‘2’. Batido también Pickford (1-1, min. 68) se reabrió el envite, la semifinal y el deseo de hacer historia.

Por la parte croata, por poder disputar su primera final mundialista. Por la parte inglesa, por reaparecer en la ronda definitiva tras haberlo hecho en 1966 -de ese año data el triunfo del plantel capitaneado por Bobby Moore, el único de Inglaterra-.

Stones recomendó calma desde el eje, pero Southgate aderezó la partida con otro velocista, Marcus Rashford, aunque la semifinal no la pudo decantar ningún futbolista en 90 minutos.

El atacante del Juventus condensó en sí toda la gloria en un mágico minuto 109. Tras un sutil cabeceo de Perisic encontró el balón donde quería: presto para fusilar con su zurda a Pickford en una acción que convierte a Croacia en finalista. Estrenará esa condición este domingo, ante el equipo ‘bleu’, con la convicción de poder tumbar también al vencedor de la edición de 1998. Ésa en la que Croacia firmó la segunda página más relevante de su historia.

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