La selección peruana realizó ayer su primer entrenamiento en Salvador, de cara al partido de mañana con Brasil, de las eliminatorias sudamericanas del Mundial Rusia 2018, y, pese a una actividad tempranera no programada, sufrió con los 27 grados centígrados registrados en esta ciudad brasileña. Pese a que Perú tenía inicialmente programado un entrenamiento al final de la tarde del domingo, en mejores condiciones de temperatura, el seleccionador Ricardo Gareca decidió cambiar la programación y puso a sus pupilos a entrenar a las 08:00 hb (12.00 GMT) en el estadio Governador Roberto Santos, más conocido como Pituazú.
Gareca dirigió un entrenamiento de cerca de una hora y media para los jugadores que no fueron del once inicial en el partido del viernes en que Perú sumó sus tres primeros puntos en la eliminatoria, al imponerse por 1-0 a Paraguay.
Los titulares permanecieron en el hotel Deville de Salvador haciendo ejercicios en el gimnasio y trabajos regenerativos. Tras ejercitar a los jugadores y darles indicaciones en el centro de la cancha del Pituazú, el técnico argentino dividió el grupo en dos para un partidillo en espacio reducido con el balón oficial con el que será disputado el partido del martes. Ya casi al final del entrenamiento, Gareca tuvo que pedirle a sus jugadores que mantuvieran los esfuerzos pese al fuerte calor que tuvieron que enfrentar. El entrenamiento de la tarde fue cancelado y la única actividad oficial este domingo será la rueda de prensa que el seleccionador ofrecerá al final de la tarde en el hotel Deville.
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