Según el diario charrúa La República, la justicia uruguaya estudia llamar a declarar a Gorka Villar, directivo de la Conmebol e hijo el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, "para que comparezca en el juzgado del Crimen Organizado”.
El hombre de la Conmebol que ordenó la auditoría a la Federación Boliviana de Fútbol puede ser incluido en el escándalo.
En una investigación abierta en Uruguay, la mayoría de los declarantes aseguró que fueron "extorsionados y presionados por Gorka Villar para no investigar los hechos de corrupción de la Conmebol”. Es decir, "no realizar las denuncias penales y civiles en la justicia ordinaria ya que, en caso de hacerlas, les caerían las más duras sanciones deportivas a sus instituciones”.
El mismo diario informa que "las presiones y extorsiones fueron realizadas por Julio Humberto Grondona, Eugenio Figueredo y el mencionado Gorka Villar”. La primera reunión denunciada en La República "sobre los manejos corruptos de la Conmebol, se produjo en enero de 2014 en la sede de Torneos y Competencias de Argentina. En ese momento se había radicado una denuncia en Crimen Organizado de Uruguay por parte de Peñarol, otras siete instituciones charrúas y la propia Mutual de Futbolistas. Esta denuncia por distintos ilícitos movió la estructura de la Conmebol y sus principales dirigentes a tal punto que el propio Eugenio Figueredo dijo en su círculo más íntimo: ‘Si no paramos la denuncia, terminamos todos presos’”.
En Uruguay aseguran que el nuevo cargo que ostenta Gorka Villar "fue por una decisión propia, al aprovechar un vacío y asumir dicha función con un salario mensual de 50.000 dólares que fue avalado y aprobado por el propio comité ejecutivo de Conmebol. Lo que más sorprende es que Villar recibe un salario anual de 600 mil dólares”.
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