sábado, 20 de junio de 2015

CASO CORRUPCIÓN Leoz desviaba dinero a sus cuentas

La mecánica del FIFA Gate era la siguiente: el dinero entraba en la cuenta de la Confederación Sudamericana (Conmebol), y luego el presidente, Nicolás Leoz, lo repartía a su antojo. Movió cifras millonarias de las cuentas de la institución a sus fondos. Así de fácil, así de impune.

Este periódico cuenta con el testimonio del ‘Confidente X’, un exempleado de la Conmebol, que aporta documentos que prueban el saqueo al que fue sometida la Confederación Sudamericana de Fútbol bajo el mandato de Leoz (1986-2013).

Nicolás Leoz Almirón (Pirizal, 1928) fue también miembro del Ejecutivo de la FIFA (1998-2013) y vicepresidente de este organismo. Actualmente está en arresto domiciliario en su hacienda de Luque (Asunción) a la espera de ser extraditado a Estados Unidos, país que le acusa de corrupción, soborno, fraude, blanqueo y asociación para delinquir. Sus cuentas corrientes se confundían con las de la Confederación Sudamericana. Los traspasos de dinero eran frecuentes, tanto en dólares como en guaraníes.

El relato del Confidente X, que trabajó en la Conmebol durante una década y media, describe el ‘modus operandi’ en la Confederación Sudamericana, el epicentro de la corrupción junto con la Concacaf (Norteamérica, Centroamérica y Caribe), con dineros que llegaban desde cualquier parte del mundo, de Tokio a Nueva York, y, tras pasar por aquí y allá, acababan en cuentas de sus dirigentes en Paraguay, Brasil, EEUU o en Panamá. “A veces, para maquillar las operaciones, usaban como testaferros a alguno de sus familiares. El doctor Leoz a su esposa, María Clemencia; sus ayudantes hacían algo parecido”.

El primer caso, que sirve para ilustrar cómo se distraía el dinero a capricho en la Confederación Sudamericana (que integran Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela) hace referencia a una cantidad de un millón y medio de dólares “que el por entonces (en el año 2000) presidente de la Federación de Japón, Ken Naganuma, ya fallecido, envió a la Conmebol para ser repartido entre las 10 federaciones por el voto de los países sudamericanos a la candidatura de Corea y Japón para el Mundial 2002”, cuenta el ‘Confidente X’. “Pero ese millón y medio se distribuyó de otra forma: un millón doscientos mil dólares americanos los ingresó Leoz en su cuenta; doscientos mil dólares para Eduardo de Luca, secretario general de la Conmebol, y cien mil dólares para Zorana Dannis, la enlace de la Confederación con la FIFA”. Una colombiana con oficina en EEUU.

Según los documentos del ‘Confidente X’, esa cantidad de 1,5 millones de dólares llegó a nombre de la Conmebol, pero Leoz lo desvió a su cuenta personal, la 1596/2 del Banco do Brasil de Asunción. Este periódico publica el reconocimiento de firma en el Banco do Brasil de Nicolás Leoz y su esposa, María Clemencia Pérez, que los vincula con ese número de cuenta.

Los otros dos giros bancarios fueron a parar uno al Northern Trust International Bank, de Nueva York, y el otro a una oficina del Citibank en New Jersey, también en Estados Unidos. Esta fue “una de las operaciones, pero hubo muchas más y no todas pasaron por mis manos”. Explica X que estas prácticas “eran habituales y seguidas”, hasta el punto que era casi imposible separar las cuentas privadas de Leoz de las de la propia Conmebol.

Nicolás Leoz dimitió de sus cargos en la FIFA y en la Conmebol hace algo más de dos años. “La FIFA ha recibido la dimisión formal de Nicolás Leoz de sus cargos como miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA y presidente de la Conmebol por razones de salud y de índole personal”, informó la FIFA en un comunicado oficial el 23 de abril de 2013.

En realidad, Leoz se vio involucrado en el caso ISL, la empresa de marketing de la FIFA que quebró por pagar sobornos a sus dirigentes “porque era la única manera de cerrar los negocios con ellos”. Así lo declaró Hans Juerg Schmid ante el juez suizo Siegwart, que citó en el juicio a Leoz y al resto de la cúpula de la FIFA. “Por qué debe entender este tribunal que se paguen sobornos”, respondió su señoría.

El 'Confidente X' huyó a España

"Me he decidido a hablar después de 11 años porque era el momento de contar mi historia y liberarme de esta carga con la que he vivido tanto tiempo. En el 2008, cuando el periodista inglés Andrew Jennings publicó su historia no me animé a sacar las pruebas porque tenía miedo. Sigo teniéndolo. Pero ahora están detrás la Fiscalía de Estados Unidos, la de Suiza y el FBI.

He querido contar lo que sé y lo que ha sucedido en esa institución”, dice el ‘Confidente X’ en el encuentro con el periódico español AS.

Está en España con su familia. Salió de Asunción “asustado y preocupado”. “Cuando pedí dejar de hacer el trabajo que me tenían encomendado, cuando quise dejar el dinero de las coimas (sobornos) empezaron los problemas. Me vigilaban, me seguían coches sin placa, sonaba el teléfono de madrugada. Noté la presión y decidí marcharme con mi familia.

Tengo mujer e hijos”, dice X, quien asegura que “ya estando fuera de Paraguay incluso dispararon contra los muros de mi casa. Fue horrible, porque aún tenemos allí gente querida, familia y amigos”. Quiere proteger su identidad porque “el doctor Leoz es ya muy mayor, pero hay otros que han estado cerca de él que son peligrosos”. El ‘Confidente X’ es un hombre de mediana edad, ni alto ni bajo. Habla con seguridad y mantiene en su cabeza los números de cuentas, las fechas, los momentos.

“Los hubo duros, como el pago de coimas a los dirigentes de la Conmebol” que reveló AS. “Pero de eso no hay pruebas más allá de mi testimonio, porque nadie firma recibos de los sobornos”. Hay otros papeles, documentos con la fortuna amasada por los que trabajaron en el vértice de la Conmebol, “que era una máquina de hacer dinero, pero también un huerto para sacarlo”.

El ‘Confidente X’ llegó a España por consejo de un fiscal, que ahora es senador en Paraguay, al que contó su caso. “El mejor consejo que pudo darme es que abandonara el país. Y eso hice”. Aquí está asesorado por otros abogados y, cuenta, durante algún tiempo vivió protegido.

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