jueves, 10 de julio de 2014

Del sobrino de Blatter y la reventa

El escándalo de la reventa de entradas del Mundial de fútbol de Brasil sumó un nuevo capítulo y amenaza la tranquilidad de la FIFA, cuyo lujoso hotel en la playa de Copacabana sirvió al parecer de centro de operaciones para mover el mercado negro de boletos.
La Policía de Brasil puso en libertad a Ray Whelan, director ejecutivo de la agencia Match Hospitality, distribuidora oficial de entradas para el Mundial, tras ser arrestado el lunes en el suntuoso hotel por ser supuestamente el principal sospechoso de la operación bautizada como Jules Rimet, nombre de un expresidente de la FIFA.
El ente rector del fútbol mundial, por su parte, rechazó que el sobrino del presidente del organismo, Joseph Blatter, estuviese involucrado en la trama. "Philippe Blatter no está ligado al negocio operativo de Match Hospitality”, dijo en Río de Janeiro la portavoz de la FIFA, Delia Fischer.
Once personas fueron detenidas la última semana en Río de Janeiro y Sao Paulo acusadas de integrar una red de reventa ilegal que estaría actuando en su cuarto Mundial consecutivo.
Whelan fue el duodécimo arrestado, pero su habitación en el hotel apenas estuvo vacía una sola noche.
"Ray Whelan fue puesto en libertad y ayudará a la Policía en futuras investigaciones”, señaló la agencia Match Hospitality en un comunicado cuando queda poco para la final del Mundial. La razón de la detención fue la violación del artículo 41-G del estatuto del aficionado brasileño, que prohíbe la reventa de entradas a un precio más alto de su original. Whelan podría enfrentarse hasta a cuatro años de cárcel. La FIFA lleva negando varios días la posibilidad de que uno de sus miembros esté envuelto en la trama. Whelan no es un empleado del organismo, pero sí un hombre clave de una poderosa empresa muy ligada al ente que dirige Blatter.
Match Hospitality es propiedad de los hermanos mexicanos Jaime y Enrique Byrom, que en 2007 llegaron a un acuerdo con la FIFA para la explotación de los paquetes de hospitalidad de los Mundiales de 2010 y 2014 por un total de cerca de 240 millones de dólares. Además, recientemente se hicieron con los derechos de los Mundiales de 2018 y 2022, pero el precio no trascendió.
La agencia de la que Philippe Blatter es director ejecutivo, Infront & Sport Media, tiene una pequeña participación y ofrece entradas para los partidos. (DPA)

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