Cuando a finales de 2010 Qatar fue elegido como sede del Mundial de Fútbol 2022, la decisión causó sorpresa en el mundo futbolístico. Y a medida que pasaron los meses comenzaron a surgir dudas sobre la idoneidad de haber optado por este pequeño, pero adinerado emirato del Golfo Pérsico.
Actualmente, la principal controversia guarda relación con el clima que deportistas y espectadores deberán soportar si se mantienen las habituales fechas para el evento. Durante julio y junio, este país soporta temperaturas que pueden superar los 45 grados Celcius.
La controversia llevó al presidente de la Fifa, Joseph Blatter, a reconocer hace unos días que sería una irresponsabilidad que el campeonato se juegue con ese nivel de temperatura, informó la revista BusinessWeek. Es por ello que se baraja desarrollar el mundial entre enero y febrero, cuando las máximas rondan los 25°.
La Fifa, además, investiga acusaciones de corrupción en torno a la elección de Qatar y han surgido denuncias sobre la explotación de trabajadores extranjeros que construyen los estadios y las demás infraestructuras requeridas para el desarrollo de la 22a. versión del torneo deportivo.
Esta última discusión es especialmente sensible si se considera que el 70% de los 1,8 millones de habitantes de este emirato de 11.586 km2 (una superficie menor a la de la Región Metropolitana) son extranjeros, la mayoría de los cuales proviene del sudeste asiático, India, Irán, Jordania y Egipto.
La alta migración explica que el número de habitantes haya pasado de 25 mil en 1950, a los cerca de dos millones actuales. El masivo arribo de personas se explica, según la prensa europea, por el hecho de que Qatar se haya convertido en una tierra próspera (tiene un ingreso per cápita de más de US$ 100 mil anuales) para quienes buscan oportunidades. Así, en 2011 el país contaba con la mayor tasa de crecimiento poblacional del mundo.
De acuerdo con la agencia Ansa, gran parte de los inmigrantes trabajan en los pujantes sectores inmobiliario y de la construcción, que se han visto reforzados por la edificación, ampliación y remodelación de los estadios para el Mundial 2022.
Nueve de los 12 centros deportivos serán nuevos y la capacidad de los tres restantes se ampliará. Justamente, una de las peculiaridades del torneo deportivo se relaciona con la cercanía que habrá entre las distintas sedes. Así, por ejemplo, la ciudad más distante de Doha, Madinat ash Shamal, está a sólo 103,5 kilómetros, mientras que la sede más cercana a la capital, Al Wakrah, está a apenas 14 kilómetros.
El milagro económico qatarí se inició a la par con el cambio de milenio, dado que fue en la década pasada cuando el país empezó a comercializar sus enormes reservas de gas. Hoy, el dinero qatarí está por todos lados. Incluso, en la camiseta del equipo de fútbol español Barcelona, auspiciado por el pequeño emirato del Golfo Pérsico.
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