lunes, 14 de marzo de 2011

Blatter, el coronel del fútbol mundial


El jueves cumplió 75 años, preside la FIFA desde 1998. En junio se presentará a la reelección con la intención de iniciar un cuarto mandato al frente del organismo.

EFE.- Juan Antonio Samaranch, la persona más influyente en el deporte del siglo XX, solía aconsejar a sus próximos que se marcaran objetivos y se empeñaran en lograrlos. Seguro que Joseph Blatter le escuchó esto en más de una ocasión, pero antes ya era fiel a esta idea.

Futbolista aficionado, entrenador, atleta y licenciado en economía y administración de empresas por la Universidad de Lausana y con grado de coronel del Ejército suizo, “Sepp” Blatter (Visp, 1936) cumplió 75 años el 10 de marzo y está dispuesto a seguir dedicado al fútbol.

El octavo presidente de la FIFA (1904) es su santo y seña, después de transformarla en una empresa moderna, que gestiona con éxito el “deporte rey”.

Con una carrera profesional iniciada en 1959 en la Oficina de Turismo de Valais —su región natal—, que incluye la Secretaría General de la Federación Suiza de Hockey Hielo y el ejercicio del periodismo, Blatter fue relacionador público de Longines y director de Sports Timing (1968-1975), puesto por el que participó en la organización de los Juegos de Múnich 1972 y Montreal 1976.

Su idilio con la FIFA se inició en verano de 1975, tras llegar a la presidencia el brasileño Joao Havelange. En poco tiempo se ganó su confianza y en 1981 le designó secretario general.

Aunque en principio pensó salir de la FIFA a la vez que Havelange, el apoyo de varias federaciones le hizo competir por la presidencia con el sueco Lennart Johansson —entonces presidente de UEFA— y el 8 de junio de 1998 ganó las elecciones.

LEALTADES Y POLÉMICAS. Durante los 13 años en los que ha superado otras dos elecciones, también ha tenido que hacer frente a un puñado de polémicas. Pero sus dotes diplomáticas, su dominio de cinco lenguas —alemán, francés, inglés, español e italiano— y su soltura como relacionador público le han permitido salir airoso.

Objeto de investigación por posible fraude fiscal en su país en 1995, poco antes de optar a un segundo mandato en 2002 en Seúl, le acusaron de haber llegado a la presidencia gracias a sobornos económicos.

Allí mismo, Blatter sufrió la sublevación de cinco de sus vicepresidentes y las acusaciones de “irregularidades y corrupción” hechas por hasta entonces su hombre de confianza, el secretario general, Michel Zen-Ruffinen, declarado recientemente persona non grata para FIFA.

Blatter respondió con una victoria en las urnas y conservó la presidencia con 139 votos de los 197 posibles frente a los 56 de su único rival, el camerunés Issa Hayatou.

Aquello fue un antes y un después en la FIFA, donde empezó su tercer mandato en 2007 y sus fieles, entre los que están el argentino Julio Grondona y el español Ángel Villar, no han dejado de crecer.

Pero algunas actuaciones se han teñido de polémica, como la más reciente tras la elección de Rusia como sede del Mundial de 2018 y de Qatar para 2022.

Convencido de que fue un error elegir a la vez dos mundiales, por el posible intercambio de votos entre candidaturas, Blatter citó a la Comisión Ética de FIFA por la ocurrencia de un diario inglés de sobornar engañosamente a ejecutivos que debían votar.

El caso se cerró con la suspensión de dos directivos y con una elección cuestionada por simbolizar el peso del dinero frente al del fútbol, que mantiene las críticas ante la opción de que Qatar 2022 sea en invierno ante las altas temperaturas del país en verano.

Pero 36 años en FIFA han curtido la personalidad de un hombre afable, que ha sido capaz de amenazar gobiernos cuando han querido intervenir en la organización de sus federaciones.

Así lo hizo con el español, meses antes de que España ganara la Eurocopa de 2008, con el portugués y con el de Grecia.

Su vida privada tampoco ha vivido ajena a polémicas. Divorciado dos veces, contrajo tercer matrimonio en 2002 con una amiga de su hija, 26 años más joven que él, hecho muy criticado por la jerarquía católica suiza.

"EL FÚTBOL PARA TODOS”. La soltura con que ha superado estos momentos es la misma con la que anunció que se presentará en junio a la reelección como presidente de un organismo que ve de lejos la crisis económica mundial.

“El beneficio de la FIFA en 2009 fue de más de mil millones de dólares, una situación muy diferente a cuando yo empecé a trabajar aquí. No se podía pagar el salario de 11 empleados y yo era el 12”, dijo en junio de 2010 en el Congreso de Johannesburgo.

La FIFA cuenta ahora con nueva sede en Zúrich, donde gestiona la organización y comercialización de numerosas competiciones como el Mundial de Clubes, una de sus más recientes ideas.

El calendario unificado y la compensación a los clubes por ceder jugadores son parte de las iniciativas de un presidente, que recela de aplicar la tecnología y que ha celebrado ya un primer Mundial en Asia y otro en África.

Su firme convicción en que el fútbol puede mejorar la sociedad ha llevado a la FIFA a ser una fiel colaboradora con Naciones Unidas, Aldeas Infantiles y Unicef, y un organismo comprometido en la ayuda a países desfavorecidos con programas de asistencia financiera y sus proyectos Goal.

El dato

Con un saldo positivo de 631 millones de dólares (452,7 millones de euros) en el periodo 2007-2010, Blatter puede presumir de comandar un organismo que soporta bien la crisis económica mundial.

La frase

"El beneficio de la FIFA en 2009 fue de más de mil millones de dólares, una situación muy diferente a cuando yo empecé a trabajar aquí. No se podía pagar el salario de 11 empleados y yo era el 12”

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