Al igual que sucede con las grandes dinastías de las monarquías europeas y en la sucesión en las riendas de las altas esferas eclesiásticas, ayer Paul II fue presentado en sociedad como el sustituto oficial del pulpo Paul, el molusco adivino del Mundial de fútbol.
Una semana después del fallecimiento del animal que acertó en todas las quinielas del Mundial, incluida la victoria final de España, Paul II, procedente del sur de Francia, ha sido el elegido para ocupar la pecera “sagrada” del acuario de Oberhausen, Alemania.
El nuevo cefalópodo, que cuenta con cinco meses de vida, ocupó a las 12 del mediodía el que será su lugar de residencia para, se supone, el resto de sus días.
El legado que hereda no es otro que “la admiración mundial” ante la capacidad de poder predecir los resultados del Mundial de Fútbol.
Su antecesor, Paul, logró arrebatar una parte importante del protagonismo durante la competición a los propios jugadores, ya que además de aparecer en las portadas de los periódicos de medio mundo, hasta 600 cadenas de televisión llegaron a retransmitir imágenes suyas mostrando sus dotes de adivinación.
Con nueve cerebros —el de la cabeza y uno por tentáculo— y tres corazones, al igual que el difunto Paul, el joven cefalópodo fue recibido ayer por sus cuidadores y por un grupo de periodistas dispuestos a detallar en sus crónicas los primeros pasos del sucesor del pulpo que consiguió alzarse con el título de “oráculo animal” del fútbol.
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