La FIFA comenzó ayer a examinar oficialmente las acusaciones de corrupción que afectan a varios de sus miembros en el proceso de elección de las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022, indicó un portavoz de la organización. Este representante confirmó que la Comisión de Ética sostuvo reuniones a puerta cerrada, que en principio tendrán lugar durante tres días, aunque no quiso avanzar más detalles sobre estos encuentros.
“Saldrá algo (de esta reunión) entre mediados y el fin de la semana”, añadió. Poco después, el organismo confirmó la convocatoria de una rueda de prensa para el jueves en Zúrich, tras el final de los encuentros de la Comisión de Ética. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, había indicado a finales de octubre que la Comisión de Ética iba a emitir mañana el veredicto sobre las sospechas de corrupción.
La FIFA había decidido el 20 de octubre suspender al nigeriano Amos Adamu y al tahitiano Reynald Temarii, que según la prensa habrían reclamado importantes sumas de dinero a cambio de dar su voto a una candidatura. Esos nombres habían sido citados por la prensa británica, por lo que los responsables de la candidatura de Inglaterra para 2018 enviaron una carta a los miembros de la FIFA deseando que ello no tenga efecto negativo sobre las posibilidades de su proyecto. La investigación continúa, pero hay hermetismo.
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