El argentino Diego Maradona celebra hoy sus 50 años, con el resplandor intacto de su leyenda como futbolista, pero amargado por la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, y con sed de revancha por la dura eliminación de Argentina en el Mundial de Sudáfrica-2010.
"Hoy tengo las puertas cerradas de la selección", declaraba recientemente, masticando rabia porque la AFA excluyó su nombre de los candidatos a DT de la albiceleste que elegirá el sucesor en noviembre.
En su desesperación por volver, tras el abrupto adiós por la goleada de Alemania 4-0 en cuartos de final, llegó a decir que es un ‘don nadie’ el favorito, Sergio 'Checho' Batista. Aquella gesta quedó grabada en la memoria y así prefieren recordarlo los exigentes aficionados argentinos, para quienes no ganar un Mundial es un fracaso.
Pero tanta es la pasión de Maradona, lindante con el fanatismo, que confesó que ni siquiera pudo ver los partidos de la nueva era de Argentina, incluso la goleada al campeón España 4-1, porque no le gusta que haya tantos volantes de contención. "Volvería a hacer exactamente lo mismo", dijo sin autocrítica sobre el planteo contra Alemania, que ignoró el desbarajuste de una defensa que venía haciendo agua por los cuatro costados.
Por eso los desilusionados hinchas desean evocarlo en el pedestal de México-1986, cuando enfureció a los ingleses con un gol con la mano en cuartos de final y los hundió con otro de película, una joya de ensueño gambeteando rivales como si fueran conos de entrenamiento (2-1).
La 'Mano de Dios' en la vida de Maradona, en realidad, no fue aquella ilícita 'picardía de potrero' (cancha callejera) sino la que le salvó de la muerte en sus crisis causadas por las adicciones. La droga y el alcohol lo dejaron dos veces postrado en camas hospitalarias e incluso amarrado a raíz de la locura de un síndrome de abstinencia.
A punto estuvo de ser otra fábula trágica, como la del ejecutado guerrillero Ernesto 'Che' Guevara o la líder política Evita Perón, que murió de cáncer a los 33 años en su apogeo, o como el cantante de tangos Carlos Gardel, mito compartido por argentinos y uruguayos, fallecido en accidente de aviación.
Pero renació con su fortaleza casi sobrenatural hasta reciclarse como animador de Tv y jugador de showbol (fútbol sala), aunque su obsesión es seguir al frente de la selección.
Se hizo una drástica operación estomacal para superar una obesidad que le daba un aspecto monstruoso y volvió a formar pareja con una mujer 20 años más joven, pero sin olvidar la adoración por sus dos hijas y un nieto. Y jamás olvidó su origen, que fue una villa miseria (asentamiento), la de Fiorito, en la empobrecida y violenta periferia sur, donde nació el 30 de octubre de 1960.
"Yo crecí en un barrio privado... privado de luz, privado de agua, privado de teléfono...", dijo en una de sus tantas frases ingeniosas, medio en broma pero también en serio, quien hizo de su rebeldía y transgresión con la pelota una actitud ante la vida.
Combatió al ex presidente estadounidense George W. Bush, contra quien organizó una marcha multitudinaria en una visita al país, mientras cantaba loas al líder cubano Fidel Castro, al venezolano Hugo Chávez y al boliviano Evo Morales, con el 'Che' tatuado en un brazo. Como jugador fue un poeta del gol, un Mozart del fútbol y un prestidigitador de la bola de alcance universal, como Pelé.
Los datos
En Nápoles
Estatuas de cartón-piedra, figuritas de Belén, la exposición de uno de sus cabellos y documentales sobre su vida son sólo una parte de la celebración con la que Nápoles rendirá culto a Maradona.
El Fisco
Diego no celebrará finalmente su cumpleaños sobre el césped del estadio San Paolo de Nápoles, ya que sus problemas con el fisco, al que debe 37 millones de euros, dificultaron una posible visita del astro argentino a Italia, que tenía previsto jugar un partido benéfico.
Sus logros, pesares y sus frases
Su historial
El ‘Pelusa’ disputó 678 partidos, habiendo marcado 345 goles y su magia le hizo dar vueltas olímpicas a Boca Juniors, al FC Barcelona de España, a Nápoles de Italia y a la selección Sub-20 en Japón-1979.
El abismo
Pese a su gran carrera, Diego Maradona cayó al abismo cuando fue atrapado en dos ocasiones con el dopaje, la segunda de ellas en el Mundial de Estados Unidos-1994, que fue el último que jugó en su vida.
Frases célebres
"Me cortaron las piernas", lloró aquella vez, pero en el partido de homenaje y despedida, dejó otra frase para la historia: "La pelota no se mancha", en alabanza a la pureza del deporte que vence a la trampa y la humillación.
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