Hace más de treinta y cinco años arrancó con el “fútbol total”, una revolución que enamoró al mundo; luego vino la segunda parte de la “naranja mecánica”, la versión sin Johan Cruyff, y ambas fueron derrotadas en el último desafío 1974 y 1978. Ahora Holanda tiene otra vez la chance de ganar el Mundial, ya no como la “naranja mecánica” sino como la “naranja pragmática” de Wesley Sneijder y Arjen Robben. Esta tercera Holanda, parecida y diferente, busca la revancha con la historia y con la suerte.
En 1974, dirigida por el técnico Rinus Michels, la bautizaron “naranja mecánica”, el título de un filme de Stanley Kubrick, porque el equipo era un mecanismo imparable que aniquilaba adversarios aplastándolos, como la banda de sádicos guiada por Malcolm McDowell hacía con sus víctimas en el filme. Se llamó “fútbol total”, en el cual los defensores también atacaban y convertían, mientras los atacantes presionaban y defendían. Todo con una preparación física impecable, táctica innovadora y varias estrellas individuales: no solo Cruyff, sino también Krol, Neeskens, Rensenbrink y Rep.
Precedida por el dominio del Ajax en la Copa de Campeones (tres victorias consecutivas 71, 72, 73, más la del Feyenoord en el 70), la selección “naranja” llegó como favorita a la final del Mundial de Alemania 74.
Enfrente, los dueños de casa, por entonces Alemania Occidental. Comienza el partido y durante un minuto los alemanes no tocan el balón y cometen un penal que Neeskens transforma en gol. Parecía el principio del fin pero Paul Breitner, también de penal, y luego Gerd Müller le rompen el corazón a millones de hinchas enamorados del fútbol total, en el mundo.
Cuatro años después en Argentina ya no está Cruyff. Sin el líder era una Holanda menos brillante pero igual llega a la final donde pierde, en el alargue suplementario 3-1, otra vez ante los dueños de casa.
Un resarcimiento parcial llega diez años después, en el campeonato europeo jugado en Alemania. Allí la generación de Gullit, Rijkard y Van Basten lleva a los holandeses al título contra una brillante Unión Soviética de Lobanovski: 2-0, uno de Gullit y otro de Van Basten.
Pasan otros diez años para una nueva semifinal mundial, en Francia 98. Es el momento de Bergkamp, Kluivert y los mellizos De Boer. Queda fuera por penales contra el Brasil de Ronaldo que luego caería en la final ante Francia. Físicos poderosos pero piernas débiles para los penales.
En el 2010, bajo la batuta del DT Bert van Marwijk, los protagonistas no son tan impresionantes por sus físicos, son más pequeños pero talentosos y despiadados en ataque: con Sneijder, Robben, Kuyt, van Persie, van der Vaart, van Bommel, Holanda, menos brillante, menos arrolladora, pero más pragmática, está tratando de saldar las cuentas con los Mundiales y con la suerte. (ANSA)
En 1974, dirigida por el técnico Rinus Michels, la bautizaron “naranja mecánica”, el título de un filme de Stanley Kubrick, porque el equipo era un mecanismo imparable que aniquilaba adversarios aplastándolos, como la banda de sádicos guiada por Malcolm McDowell hacía con sus víctimas en el filme. Se llamó “fútbol total”, en el cual los defensores también atacaban y convertían, mientras los atacantes presionaban y defendían. Todo con una preparación física impecable, táctica innovadora y varias estrellas individuales: no solo Cruyff, sino también Krol, Neeskens, Rensenbrink y Rep.
Precedida por el dominio del Ajax en la Copa de Campeones (tres victorias consecutivas 71, 72, 73, más la del Feyenoord en el 70), la selección “naranja” llegó como favorita a la final del Mundial de Alemania 74.
Enfrente, los dueños de casa, por entonces Alemania Occidental. Comienza el partido y durante un minuto los alemanes no tocan el balón y cometen un penal que Neeskens transforma en gol. Parecía el principio del fin pero Paul Breitner, también de penal, y luego Gerd Müller le rompen el corazón a millones de hinchas enamorados del fútbol total, en el mundo.
Cuatro años después en Argentina ya no está Cruyff. Sin el líder era una Holanda menos brillante pero igual llega a la final donde pierde, en el alargue suplementario 3-1, otra vez ante los dueños de casa.
Un resarcimiento parcial llega diez años después, en el campeonato europeo jugado en Alemania. Allí la generación de Gullit, Rijkard y Van Basten lleva a los holandeses al título contra una brillante Unión Soviética de Lobanovski: 2-0, uno de Gullit y otro de Van Basten.
Pasan otros diez años para una nueva semifinal mundial, en Francia 98. Es el momento de Bergkamp, Kluivert y los mellizos De Boer. Queda fuera por penales contra el Brasil de Ronaldo que luego caería en la final ante Francia. Físicos poderosos pero piernas débiles para los penales.
En el 2010, bajo la batuta del DT Bert van Marwijk, los protagonistas no son tan impresionantes por sus físicos, son más pequeños pero talentosos y despiadados en ataque: con Sneijder, Robben, Kuyt, van Persie, van der Vaart, van Bommel, Holanda, menos brillante, menos arrolladora, pero más pragmática, está tratando de saldar las cuentas con los Mundiales y con la suerte. (ANSA)
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