lunes, 5 de julio de 2010

El trabajo de los fotógrafos en el Mundial


Mauricio Cambará / El Deber.- Las espectaculares imágenes del Mundial que se ven en los diferentes periódicos y ediciones digitales del mundo llegan gracias a un proceso que vale la pena contar.

¿Cómo trabaja un fotógrafo asignado a una Copa del Mundo? La acreditación que otorga la FIFA no les asegura su entrada al estadio ni el mejor lugar en caso de hacerlo. Por eso, la planificación previa a los partidos es clave porque permite, además, aprovechar al máximo los equipos que llevan.

Lo primero que se hace es solicitar, a través del canal de medios de la FIFA, una entrada para cualquiera de los partidos. Eso sí, hay que especificar: cancha o tribuna. La respuesta le llega al correo personal horas después y, si es aprobado, es necesario ir al centro de prensa a recoger su boleto. Las agencias internacionales AFP, Reuters, AP o Getty cuentan hasta con ocho fotógrafos en cancha y cinco distribuidos en la tribuna. Esto sin contar las cámaras con ángulo fijo ubicadas detrás de los arcos.

En cancha sólo hay espacio para 250 fotógrafos por partido y en el ticket está el número de asiento asignado. La suerte define el lugar de ubicación, aunque esto poco afecta a las agencias, por los equipos que tienen. Cada fotógrafo entra en la cancha hasta con tres cámaras (Mark IV de Canon o D3S de Nikon) y con tres lentes diferentes (400 o 600, 70-200 y gran angular); lo propio hacen los que se quedan en el espacio asignado en la tribuna. A estos fotógrafos se agrega una persona clave: el auxiliar.

¿Cuál es su trabajo? Las agencias tienen uno por cada cuatro fotógrafos y como a estas últimas cámaras se les puede colocar una antena a control remoto, las fotos llegan automáticamente a la computadora del auxiliar que está sentado en la tribuna y que no mira el partido. Lo que él hace es escoger las mejores y enviarlas al servidor. Por ejemplo: el penal del “Loco” Abréu le llegó de cuatro ángulos casi al minuto y lo que él hizo fue escoger la mejor de cada fotógrafo y luego la envió para que la tuvieran al instante los periódicos.

La planificación previa es clave, porque también están los que no siguen el partido, sino a un solo jugador o al entrenador. Cuando jugaba Argentina, había uno o dos fotógrafos dedicados exclusivamente a los gestos de Diego Maradona y a lo que hacía Leo Messi. Ellos no se preocupaban de otra cosa. Hay también los que prefieren trabajar de forma directa, es decir, enviar las fotos desde sus computadores con los que entran en el estadio. Juegan bastante con el tiempo.

En la cancha entran con orden, encuadrados en grupos que aparecen por derecha e izquierda. Nadie puede salir de los límites que marcan los voluntarios con unas sogas. Frente a las casamatas hay dos rampas y cuando aparecen los equipos el fotógrafo escoge: o se sube o se sienta en cuclillas para no perjudicar al resto. Está prohibido ingresar al estadio, ya que los únicos que pueden hacer eso son los fotógrafos de la FIFA (unos ocho). El resto se las arregla con ingenio.

El control remoto es la novedad

Ensayaron el método en los Juegos Olímpicos de China en 2008 y a Sudáfrica 2010 llegaron prácticos. Manejar las cámaras a control remoto les ha facilitado en gran medida el trabajo a los fotógrafos, no sólo porque le dicen adiós a un extenso cable, sino porque, además, el disparo en control remoto es más rápido para la jugada que se quiere registrar. Se lo utiliza no sólo para enviar las fotos al auxiliar (ver nota central), sino también para el disparo de las cámaras que están ubicadas detrás de los arcos.

Estas cámaras tienen un ángulo fijo y el fotógrafo, además de trabajar con las tres que tiene colgadas al cuello, puede agarrar los goles o las polémicas de una manera más espectacular. Por ejemplo, cuando anularon el gol a Lampard frente a Alemania (era el 2-2) hubo agencias que tenían el claro registro de que fue gol. Pero no todos pueden colocar sus cámaras detrás de los arcos, la prioridad para la FIFA la tienen las agencias.

UNO POR UNO

PRESTAN CÁMARAS Y LENTES

El único requisito es portar la credencial que otorga la FIFA y firmar un acuerdo del equipo que utilizará. Antes de cada partido en los diferentes estadios, los fotógrafos pueden acceder a lentes o cámaras, pero no a las dos cosas. El fotógrafo elige la marca: Canon o Nikon.

CARGAN HASTA $US 25.000

Es lo que manejan en equipos los de las agencias internacionales. Un lente 400 (teleobjetivo) cuesta cerca de 7.500 dólares, un 80-200 y un angular, 1.500 dólares cada uno. Además de las tres cámaras, de 5.000 dólares cada una. Aparte, en una maleta llevan el trípode y el control remoto.

Prohibido moverse de lugar

Las reglas están claras y el personal de prensa se las hace conocer a los fotógrafos antes del encuentro. La prensa acreditada y las agencias internacionales tienen que utilizar un chaleco anaranjado; los auxiliares, verde, y los de FIFA, rojo. Estos últimos son los únicos que pueden moverse por diferentes áreas, el resto no, y si lo hacen corren el riesgo de ser castigados para los siguientes partidos. Ni siquiera cuando los encuentros se definen por penales.

Por ejemplo, el día en que Uruguay ganó a Ghana varios fotógrafos intentaron hacer un movimiento en la cancha, pero el personal de la FIFA advirtió y todo el mundo se quedó quieto. Además, antes se había pasado una circular en la que se especificaban las normas. Es también casi normal que los fotógrafos intercambien sus tickets en el entretiempo. Esto pasa si es que han sido destinados a seguir el ataque de cualquiera de las selecciones en cancha. Como el día de la inauguración, en la final se dará prioridad a los fotógrafos de las selecciones enfrentadas y luego a los locales.

LA FRASES

"Realmente sorprende el trabajo que realizan las agencias internacionales y en general los fotógrafos de los diferentes medios del mundo. El desplazamiento en cancha, en tribuna y la organización previa se complementan con la tecnología de punta que utilizan”.

"De cerca me tocó observar cómo un fotógrafo se encargó sólo de seguir a Diego Maradona (sus gestos, su alegría, su enojo), prácticamente descartando todo lo que sucedía, no solamente en el partido, sino también a su alrededor. Es que cada uno llega a la cancha con una misión específica”.

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