Siguiendo la estela de Puskas, Pelé, Maradona, Zico, Platini o Zidane, jugadores como Leo Messi, Kaká o Wayne Rooney son los herederos del dorsal 10 en el Mundial de Sudáfrica-2010, pero este número mágico en el fútbol no siempre dio suerte a quienes lo llevaron.
Zidane y Ronaldinho ya besaron la Copa del Mundo, Pelé y Maradona también. Pero ni Puskas, ni Zico, ni Platini realizaron su sueño y este Mundial de Sudáfrica no está sonriendo ni a Kaká ni a Rooney, que parecían destinados a brillar.
Kaká, tal vez sin estar a tope en una temporada perdida por una pubalgia, está lejos de brillar y Rooney parece cansado de la dura temporada en Inglaterra.
El heredero natural del 10 en España, Xavi Hernández, que luce el 14, tampoco deslumbró en el debut, debido a la dificultad de lanzar sus pases cuando el rival, en ese caso Suiza, tapaba todos los espacios.
Lukas Podolski, que también lleva el número 10, aunque sea delantero, tuvo una actuación terrible en la derrota de Alemania contra Serbia (1-0), fallando un penal.
Sólo Messi, que curiosamente no había deslumbrado hasta ahora en la selección argentina, y el holandés Wesley Sneijder, soberbio con su equipo, parecen hacer honor al mágico número 10, lo mismo que Landon Donovan en Estados Unidos o Cuauhtémoc Blanco en México.
El primer 10 de "leyenda planetaria" fue el húngaro Ferenc Puskas, el motor y alma de la gran Hungría de los 50, campeón olímpico en Helsinki-1952, que humilló a Inglaterra en Wembley (6-3), y que llegó como el gran favorito a Suiza 1954.
Al cabo de 8 minutos de la final contra Alemania, a la que había aplastado 8-3 en la serie inicial, la Hungría de Puskas ganaba 2-0, pero de manera inexplicable el partido finalizó 3-2 a favor de los germanos. Después el testigo lo recibió 'O rei' Pelé, el 10 con más títulos del mundo (1958, 1962 y 1970).
Su camiseta número 10 de Suecia-58 sería subastada por 84.000 euros. Asimismo, la que utilizó en la final de México 1970 (en Chile 1962 resultó lesionado y jugó muy poco) frente a Italia (4-1) alcanzó los 225.000 euros.
"Un jugador de 1970 recorría una media de 4 km por partido. Actualmente, el triple", decía el brasileño Sócrates, genial armador de juego de Brasil 1982-1986.
Por ahora, sólo Messi y Sneijder parecen haberse rebelado contra esa tendencia que promete poco brillo a los números 10.
Zidane y Ronaldinho ya besaron la Copa del Mundo, Pelé y Maradona también. Pero ni Puskas, ni Zico, ni Platini realizaron su sueño y este Mundial de Sudáfrica no está sonriendo ni a Kaká ni a Rooney, que parecían destinados a brillar.
Kaká, tal vez sin estar a tope en una temporada perdida por una pubalgia, está lejos de brillar y Rooney parece cansado de la dura temporada en Inglaterra.
El heredero natural del 10 en España, Xavi Hernández, que luce el 14, tampoco deslumbró en el debut, debido a la dificultad de lanzar sus pases cuando el rival, en ese caso Suiza, tapaba todos los espacios.
Lukas Podolski, que también lleva el número 10, aunque sea delantero, tuvo una actuación terrible en la derrota de Alemania contra Serbia (1-0), fallando un penal.
Sólo Messi, que curiosamente no había deslumbrado hasta ahora en la selección argentina, y el holandés Wesley Sneijder, soberbio con su equipo, parecen hacer honor al mágico número 10, lo mismo que Landon Donovan en Estados Unidos o Cuauhtémoc Blanco en México.
El primer 10 de "leyenda planetaria" fue el húngaro Ferenc Puskas, el motor y alma de la gran Hungría de los 50, campeón olímpico en Helsinki-1952, que humilló a Inglaterra en Wembley (6-3), y que llegó como el gran favorito a Suiza 1954.
Al cabo de 8 minutos de la final contra Alemania, a la que había aplastado 8-3 en la serie inicial, la Hungría de Puskas ganaba 2-0, pero de manera inexplicable el partido finalizó 3-2 a favor de los germanos. Después el testigo lo recibió 'O rei' Pelé, el 10 con más títulos del mundo (1958, 1962 y 1970).
Su camiseta número 10 de Suecia-58 sería subastada por 84.000 euros. Asimismo, la que utilizó en la final de México 1970 (en Chile 1962 resultó lesionado y jugó muy poco) frente a Italia (4-1) alcanzó los 225.000 euros.
"Un jugador de 1970 recorría una media de 4 km por partido. Actualmente, el triple", decía el brasileño Sócrates, genial armador de juego de Brasil 1982-1986.
Por ahora, sólo Messi y Sneijder parecen haberse rebelado contra esa tendencia que promete poco brillo a los números 10.
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