Los paraguayos explotaron de alegría el martes tras el sufrido triunfo por penales de su selección de fútbol ante Japón, que aseguró su pase por primera vez a cuartos de final de un Mundial invadiendo las calles de la capital cuando Oscar Cardozo definió el encuentro.
La emoción contenida durante todo el partido disputado en Pretoria y en el tiempo adicional surgió tras el remate de Cardozo que marcó el 5-3 final en la definición por penales, luego de que el defensor japonés Yuichi Komano estrellara el balón en el travesaño en uno de los tiros.
Pero los festejos tuvieron su lado oscuro cuando la policía reprimió a un grupo en la céntrica Plaza de la Democracia de Asunción en reacción a la agresión de un agente de parte de hinchas, dijeron testigos.
Paraguay es el cuarto equipo sudamericano que se mete entre los ocho mejores del Mundial de Sudáfrica y jugará en cuartos con España el sábado.
Las calles de la capital paraguaya se llenaron de aficionados vestidos con la camiseta albirroja de la selección que saltaban, bailaban y entonaban canciones típicas del país. La imagen de la virgen de Caacupé, santa patrona de Paraguay, recorrió la calle Palma, la principal del centro de la capital en medio de los aplausos de la multitud.
"Fue un partido infartante y es indescriptible la alegría que nos dio. Fue muy merecida la victoria porque los muchachos pusieron todo en la cancha", dijo Pedro Espínola, un oficinista de unos 40 años que festejaba junto a sus compañeros de trabajo.
El gol de Cardozo, goleador de la liga portuguesa y campeón con el Benfica la temporada pasada, marcó una reconciliación del delantero con su público, que muchas veces lo criticó por no mostrar la misma destreza que con su club en la selección.
"No fue el mejor en la cancha pero su gol fue lo máximo. Siempre le reclamamos que juegue con la albirroja como juega con el Benfica, pero yo prometí que si Tacuara metía un gol en el Mundial no le criticaba más", dijo Alicia Martínez, una funcionaria estatal de 25 años.
Los festejos congregaron a empleados de oficinas, estudiantes y amas de casa por igual, y hasta el ministro de Hacienda, Dionisio Borda, salió con una bandera nacional sobre los hombros a un balcón de la sede de la institución situada en plena zona de festejos.
El presidente paraguayo Fernando Lugo felicitó a la ciudadanía y en especial a los jugadores y al técnico por su desempeño.
"El fútbol paraguayo está haciendo historia en Sudáfrica. Paraguay se merece una satisfacción de esta naturaleza, se merece esta alegría. Esto está uniendo al pueblo paraguayo", dijo Lugo al canal de televisión local Telefuturo.
Pero más tarde, la policía dijo que se vio obligada a actuar para restablecer el orden luego de que un grupo de fanáticos agrediera a los agentes y ocasionara daños en comercios y automóviles estacionados en la zona.
La emoción contenida durante todo el partido disputado en Pretoria y en el tiempo adicional surgió tras el remate de Cardozo que marcó el 5-3 final en la definición por penales, luego de que el defensor japonés Yuichi Komano estrellara el balón en el travesaño en uno de los tiros.
Pero los festejos tuvieron su lado oscuro cuando la policía reprimió a un grupo en la céntrica Plaza de la Democracia de Asunción en reacción a la agresión de un agente de parte de hinchas, dijeron testigos.
Paraguay es el cuarto equipo sudamericano que se mete entre los ocho mejores del Mundial de Sudáfrica y jugará en cuartos con España el sábado.
Las calles de la capital paraguaya se llenaron de aficionados vestidos con la camiseta albirroja de la selección que saltaban, bailaban y entonaban canciones típicas del país. La imagen de la virgen de Caacupé, santa patrona de Paraguay, recorrió la calle Palma, la principal del centro de la capital en medio de los aplausos de la multitud.
"Fue un partido infartante y es indescriptible la alegría que nos dio. Fue muy merecida la victoria porque los muchachos pusieron todo en la cancha", dijo Pedro Espínola, un oficinista de unos 40 años que festejaba junto a sus compañeros de trabajo.
El gol de Cardozo, goleador de la liga portuguesa y campeón con el Benfica la temporada pasada, marcó una reconciliación del delantero con su público, que muchas veces lo criticó por no mostrar la misma destreza que con su club en la selección.
"No fue el mejor en la cancha pero su gol fue lo máximo. Siempre le reclamamos que juegue con la albirroja como juega con el Benfica, pero yo prometí que si Tacuara metía un gol en el Mundial no le criticaba más", dijo Alicia Martínez, una funcionaria estatal de 25 años.
Los festejos congregaron a empleados de oficinas, estudiantes y amas de casa por igual, y hasta el ministro de Hacienda, Dionisio Borda, salió con una bandera nacional sobre los hombros a un balcón de la sede de la institución situada en plena zona de festejos.
El presidente paraguayo Fernando Lugo felicitó a la ciudadanía y en especial a los jugadores y al técnico por su desempeño.
"El fútbol paraguayo está haciendo historia en Sudáfrica. Paraguay se merece una satisfacción de esta naturaleza, se merece esta alegría. Esto está uniendo al pueblo paraguayo", dijo Lugo al canal de televisión local Telefuturo.
Pero más tarde, la policía dijo que se vio obligada a actuar para restablecer el orden luego de que un grupo de fanáticos agrediera a los agentes y ocasionara daños en comercios y automóviles estacionados en la zona.
Hubo heridos con balines de goma y policías golpeados y denuncias de que los agentes actuaron exageradamente.
"Algunos inadaptados alcoholizados reaccionaron rompiendo vidrios, hiriendo a la gente. Hay personal policial herido pero la situación ya fue controlada", dijo a periodistas el comisario Carlos Vicente Báez.
El país estuvo paralizado durante el encuentro pese a que el Gobierno no había declarado asueto como lo hizo en el primer duelo de la fase de grupos ante el eliminado Italia. Luego del encuentro, el presidente Lugo dio el resto del día libre a los funcionarios estatales para que continúen los festejos.
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