domingo, 13 de junio de 2010

Maradona le robó el protagonismo a Messi

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Las miradas, los flashes y la gran cantidad de cámaras instaladas en el Ellis Park de Johannesburgo no sólo apuntaron a Lionel Messi, sino también a Diego Maradona, al técnico argentino que volvía a ser protagonista de una Copa del Mundo después de 16 años.

En la previa del juego y cuando el equipo salió a calentar, le mandó besos a su nieto Benjamín que estaba en la tribuna, y luego vivió un partido intenso, parado siempre frente a la casamata impartiendo instrucciones y tomándose la cabeza cuando sus delanteros fallaron goles.

Ingresó con un elegante traje gris, el rostro adornado con una elegante barba y zapatos relucientes.

A su lado estuvo siempre Alejandro Mancuso (uno de sus asistentes técnicos), y fue uno de los primeros en sentarse en la casamata instalada a un costado. La maraña de fotógrafos acreditados para entrar en la cancha lo apuntaron apenas salió del túnel.

Cuando comenzó el partido se paró al borde de la línea del espacio habilitado para los DT. Se pasó de la barrera más de una vez, hizo caso omiso al reglamento, originando reiterados encontrones con el cuarto árbitro Khalil Al Ghamdi. Aplaudió las arremetidas de Messi, el coraje de Tevez y la clase de Mascherano.

Pero cuando necesitó impartir alguna instrucción, llamó a Verón, su general de cancha y le habló casi colocando los dos pies en el campo.

Al que le gritó en más de una ocasión, pidiéndole concentración, fue a Jonás Gutiérrez, quien sólo atinó a mover la cabeza. Cuando el juez no le sacó amarillas a los nigerianos, protestó contra Wálter Samuel para que fuera a reclamar. El “Muro” sólo movió las manos.

El instante en que Heinze marcó el gol, primero se mantuvo sereno y luego se volcó mirando a la tribuna y lo celebró como loco, incluso gritándolo a todo pulmón frente a una cámara y dando saltos con el puño pegándole al aire.

Cuando concluyó la primera etapa, al primero que se le acercó fue a Sebastián Verón y luego se le colgó del cuello de Ángel di María, quien se había mostrado poco en el partido.

En el complemento se mantuvo casi igual, tenso, por momentos con la mano pegada al mentón y luego mirando al banco para hacer los cambios que su cuerpo técnico también sugirió.

Tras la victoria se fue al centro, felicitó a sus jugadores y luego a los árbitros. Ingresó en su camarín aplaudiendo y con una sonrisa que se extendió en la conferencia de prensa.

La otra mirada

ESCENARIO CONOCIDO

El estadio Ellis Park le suena a los bolivianos. Fue en este mismo estadio donde hace unos años la selección nacional jugó un encuentro amistoso frente a Sudáfrica, cuando la selección era dirigida por Erwin Sánchez. En aquella ocasión, la victoria fue boliviana por 1-0. Eso sí, el escenario fue refaccionado para albergar el campeonato mundial.

COMPAÑERO DE RALDES

Vincent Enyeama, el arquero de la selección de Nigeria y quien ayer fue uno de los más destacados del partido, juega en el Hapoel Tel Aviv de Israel, de donde viene de consagrarse campeón. El meta ha compartido vestuario con el boliviano Ronald Raldes.

MORALES, PRESENTE

El presidente del Estado, Evo Morales Ayma, estuvo ayer en el estadio presenciando el partido. Apenas culminó el encuentro, el Mandatario retornó al país.

UNA “BOMBONERA”

Es el Ellis Park un estadio recoleto, encerrado entre edificios en el centro de Johannesburgo, muy al estilo inglés y al que la afición argentina convirtió ayer en una “Bombonera” africana.

Mucho más ruidosa, la hinchada albiceleste que pobló las gradas del Ellis Park colgó infinidad de pancartas y banderas de su selección.

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