El presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibió ayer en el Palacio del Elíseo al delantero de la selección de fútbol Thierry Henry para que le informe sobre la actuación del equipo en el Mundial de Sudáfrica.
"La opinión pública exige que arreglemos todo", dijo el mandatario citado por el diario "Le Canard Enchaîné". "Debemos comenzar desde cero".
La temprana eliminación de Francia en la fase de grupos y, sobre todo, las fuertes disputas entre jugadores y entrenador, que saltaron a los titulares de todo el mundo, preocuparon desde un principio al mandatario y a toda la opinión pública francesa.
"Habrá que rendir cuentas ante los más altos estamentos del Estado por la deplorable actuación de los 'bleus' en el Mundial".
Sarkozy ya convocó para otoño (boreal) una conferencia que estudie reformas en el fútbol galo y exigió consecuencias inmediatas, lo que muchos interpretaron como un pedido de renuncia al presidente de la Federación de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes.
Henry, que sólo jugó en el último partido contra Sudáfrica y durante menos de una hora, es considerado uno de los más duros críticos del entrenador Raymond Domenech. Sarkozy canceló una reunión prevista con organizaciones humanitarias.
A la espera de lo que resuelva Sarkozy en los próximos días, no tuvo ningún problema en imponer una de sus demandas: que los futbolistas no cobren premios por su participación en el Mundial. Los propios jugadores ya renunciaron a hacerlo.
"La opinión pública exige que arreglemos todo", dijo el mandatario citado por el diario "Le Canard Enchaîné". "Debemos comenzar desde cero".
La temprana eliminación de Francia en la fase de grupos y, sobre todo, las fuertes disputas entre jugadores y entrenador, que saltaron a los titulares de todo el mundo, preocuparon desde un principio al mandatario y a toda la opinión pública francesa.
"Habrá que rendir cuentas ante los más altos estamentos del Estado por la deplorable actuación de los 'bleus' en el Mundial".
Sarkozy ya convocó para otoño (boreal) una conferencia que estudie reformas en el fútbol galo y exigió consecuencias inmediatas, lo que muchos interpretaron como un pedido de renuncia al presidente de la Federación de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes.
Henry, que sólo jugó en el último partido contra Sudáfrica y durante menos de una hora, es considerado uno de los más duros críticos del entrenador Raymond Domenech. Sarkozy canceló una reunión prevista con organizaciones humanitarias.
A la espera de lo que resuelva Sarkozy en los próximos días, no tuvo ningún problema en imponer una de sus demandas: que los futbolistas no cobren premios por su participación en el Mundial. Los propios jugadores ya renunciaron a hacerlo.
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