La última parada antes de encarar la Copa del Mundo. Portugal, con Cristiano Ronaldo incluido, decidió darse ayer un baño de hinchas, jugando un amistoso frente a la selección de Mozambique. El resultado fue 3-0 para los lusos, aunque quedó claro que fue lo que menos importó. Es que las cientos de miradas que desde temprano abarrotaron el lujoso estadio de cricket estaban centradas en lo que podía hacer Cristiano Ronaldo.
La figura descollante también del Real Madrid provocó una locura desde su llegada, sobre todo entre la afición femenina. Cuando el bus que transportaba al plantel llegó al estadio, varios aficionados se lanzaron sobre él en procura de conseguir una foto. Los patrulleros sólo se dedicaron a abrir espacio, aunque lo más eufórico estaba por venir. Los primeros en saltar a la cancha fueron los arqueros, provocando una falsa alarma a la afición.
El extenso tubo transparente que conectaba camerinos con la cancha estaba abarrotado. Letreros como “Ronaldo, quiero tu camisola”, o “Ronaldo, te amamos”, ratificaban el movimiento intenso que genera este jugador. Los gritos volvieron a tornarse ensordecedores luego de que los 11 titulares saltaran al calentamiento a la cancha, pero, para sorpresa, entre ellos no estaba CR-9. ¿Importaba el partido ante Mozambique? Estaba claro que no. En cancha se movían Deco, Danny, Simao y compañía cuando de pronto pareció venirse una avalancha de aficionados.
Es que, desde el momento en que Cristiano se introdujo en el tubo transparente, nadie quiso perderse un minuto de lo que hacía. De nuevo la ovaciones. El del Madrid fue uno de los últimos en salir y se dirigió a un costado de la cancha, donde calentaba el resto del equipo. Las miradas estaban en él y hasta ondearon más banderas en el estadio. Luego de calentar junto a sus compañeros, ingresó de nuevo a camarines para luego salir con una chamarra y un buso en la cintura.
Tras entonar los himnos de ambos países (el de Portugal con cantante incluido), el encuentro se puso en marcha. ¿Ronaldo? Estaba en el penúltimo banco, a lo diagonal del técnico Carlos Queiroz. Tras un opaco primer tiempo, vino el segundo. A los 15’ del complemento, la afición tuvo su regalo porque Queiroz decidió incluir al delantero del Madrid por Simao. De nuevo se desató la locura y se ahondó aún más cuando hizo un par de fintas recostado al costado derecho. Los goles de Danny (52’) y Hugo Almeida (75’ y 83’) fueron simplemente un pretexto para festejar.
Cuando acabó el partido, los flashes y las cámaras apuntaron a él, y apenas la maraña de periodista lo rodeó, el jugador tuvo que ser protegido por seguridad extra para evitar algún daño. Lo que genera Ronaldo en los portugueses es locura. Los medios luego esperaron que saliera a la zona mixta para hablar, sin embargo, no salió, sólo salieron Deco, Danny y el técnico Carlos Queiroz. Los hinchas se fueron felices, más allá de la victoria, por ver a CR9. Ahora le toca responder el 15 frente a Costa de Marfil y luego ante Corea del Norte (21) y Brasil (25).
La otra mirada
LOCURA
La sirena de la Policía solicitando espacio a la marea humana para el ingreso del bus al estadio, no fue suficiente para que los hinchas se acercaran a las ventanillas y le tomaran fotos a Ronaldo. Ahí comenzó la locura.
SENTIMIENTO
Se pintaron las caras, se pusieron atuendos, el objetivo era vivir una fiesta en el último partido de Portugal previo a encarar la Copa del Mundo. Los hinchas le dieron un color espectacular a la jornada en Johannesburgo.
FELIZ
Fue uno de los últimos en salir a calentar, pero cuando saltó a la cancha, el griterío fue ensordecedor. En cancha, Cristiano Ronaldo se mostró feliz y hasta saludó al público, que lo ovacionó cada vez que tocó la pelota.
SUSPIROS
Las jovencitas que estuvieron cerca del túnel, por donde salían y entraban los equipos, fueron las más entusiastas con la presencia de CR9. Le mostraron letreros de aprecio y hasta le pidieron su camiseta.
MUCHOS MEDIOS
Cristiano Ronaldo no sólo convocó a una gran cantidad de aficionados, sino también a varios medios de comunicación. Fotógrafos, camarógrafos y periodistas siguieron el encuentro desde el mismo gramado. Eso sí, el jugador no virtió ninguna declaración.
LO MEJOR DEL CRICKET
El escenario donde se jugó ayer el encuentro entre Portugal y Mozambique, el Wanderers Stadium, es lo mejor que hay en Sudáfrica. Tiene una capacidad para unas 35.000 personas y ha albergado finales y partidos internacionales.
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