Dunga volvió a pisar donde más duele a la prensa deportiva brasileña al prohibir por tercera vez en cuatro días el acceso a los entrenamientos de su selección.
La práctica de ayer prevista para la helada noche de Jonannesburgo está considerada como la que finiquitará todos los detalles del debut en el Mundial, mañana contra la selección de Corea del Norte en el estadio Ellis Park.
Mientras la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) definió la decisión como una "opción técnica legítima", un grueso sector de la prensa que acompaña al equipo 'canarinho' coincide en interpretarla como "una represalia" del ex capitán de Brasil, cuyas relaciones con los medios de su país se han tornado cada vez más conflictivas desde que asumió el testigo de Carlos Alberto Parreira, en agosto de 2006.
"Vamos a acatar la decisión de Dunga y a mantener el clima de cordialidad que cada día se estrecha más", dijo hoy con tono conciliador el lateral derecho Maicon durante una conferencia de prensa.
Desde que asumió el cargo, cambió las reglas del contacto con la prensa al tornar esporádicas sus comparecencias, limitar a dos por jornada el diálogo de sus jugadores e impedir a los mismos y a los miembros de su comisión técnica conceder entrevistas exclusivas.
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