Sudamérica emergió como primera potencia continental al copar la mitad de los ocho puestos de cuartos de final por medio de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, convirtiendo el Mundial en una suerte de Copa América con el campeón y el subcampeón de Europa, España y Alemania, Holanda y un solo africano, Ghana, como invitados
La preponderancia del fútbol sudamericano en Sudáfrica 2010 a falta de ocho partidos es tan notoria, que los elogios hacia su fútbol se manifiestan en los cuatro rincones del planeta.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha rendido tributo de admiración al desempeño de Sudamérica, y deportistas famosos como el atleta jamaicano Usain Bolt, el ser humano más veloz, o el jugador de baloncesto estadounidense Kobe Bryant, en posesión de cinco anillos de la NBA, se han admirado del éxito masivo de sus equipos.
Paraguay, presente por primera vez en su historia en unos cuartos de final tras derrotar por penales a Japón, ha sido el último cuadro sudamericano en incorporarse al club de los ocho mejores. Antes lo habían hecho Uruguay, Argentina y Brasil, tres escuadras que ya saben lo que es alzar la Copa mundial.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) está viviendo en Sudáfrica uno de los momentos más impresionantes de sus 93 años de historia: cuatro de sus diez asociaciones miembro están en los cuartos de final de la Copa del Mundo.
Con el pentacampeón mundial Brasil al frente, el fútbol sudamericano marca el paso en el primer Mundial africano. De ocho equipos supervivientes, cuatro. Y pudieron ser más, de no haber sido porque Chile se cruzó con Brasil. Latinoamérica perdió, además, a México en choque con Argentina.
Brasil, cinco veces campeón mundial y líder del ránking de la FIFA, mejora su imagen a medida que avanza el torneo. Su victoria sobre Chile por un resolutivo 3-0 confirma al equipo de Dunga como favorito, aunque Argentina puede, con razón, discutirle esa condición a juzgar por lo ocurrido hasta ahora.
A diferencia de Brasil, que cedió dos puntos al empatar con Portugal (0-0) en la fase de grupos, Argentina cuenta sus cuatro partidos por victorias. La última, contra México (3-1), con una de las jugadas polémicas del Mundial: Carlos Tévez abrió el marcador en clarísimo fuera de juego.
El presidente de la FIFA ha tenido que pedir perdón a la Federación Mexicana por ese error del árbitro italiano Roberto Rosetti, y a Inglaterra por el gol negado por el uruguayo Jorge Larrionda a Frank Lampard contra Alemania.
Los dos errores fueron tan evidentes y el escándalo mundial tan aparatoso, que Blatter, hasta ayer inamovible en su intención de no admitir el uso de nuevas tecnologías en el arbitraje, ha tenido que dar marcha atrás y anunciar la reapertura del viejo debate sobre la introducción de las nuevas tecnologías en el arbitraje.
Europa, que en la fase de grupos no despertó pasiones, ha logrado, sin embargo, una fuerte presencia en cuartos. Alemania, tres veces campeona, camina con paso firme tras golear en octavos a Inglaterra (4-1), aun cuando fuera con una ayuda arbitral.
España mejora lentamente y frente a Portugal exhibió ya una fisonomía más parecida a la que le condujo al título europeo y al primer puesto del ránking mundial.
Holanda, dos veces finalista de la Copa del Mundo (1974 y 1978), ha disfrutado de un camino fácil hasta aquí, pero en el horizonte le espera Brasil, en uno de los partidos más interesantes que puede ofrecer el fútbol actual.
La preponderancia del fútbol sudamericano en Sudáfrica 2010 a falta de ocho partidos es tan notoria, que los elogios hacia su fútbol se manifiestan en los cuatro rincones del planeta.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha rendido tributo de admiración al desempeño de Sudamérica, y deportistas famosos como el atleta jamaicano Usain Bolt, el ser humano más veloz, o el jugador de baloncesto estadounidense Kobe Bryant, en posesión de cinco anillos de la NBA, se han admirado del éxito masivo de sus equipos.
Paraguay, presente por primera vez en su historia en unos cuartos de final tras derrotar por penales a Japón, ha sido el último cuadro sudamericano en incorporarse al club de los ocho mejores. Antes lo habían hecho Uruguay, Argentina y Brasil, tres escuadras que ya saben lo que es alzar la Copa mundial.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) está viviendo en Sudáfrica uno de los momentos más impresionantes de sus 93 años de historia: cuatro de sus diez asociaciones miembro están en los cuartos de final de la Copa del Mundo.
Con el pentacampeón mundial Brasil al frente, el fútbol sudamericano marca el paso en el primer Mundial africano. De ocho equipos supervivientes, cuatro. Y pudieron ser más, de no haber sido porque Chile se cruzó con Brasil. Latinoamérica perdió, además, a México en choque con Argentina.
Brasil, cinco veces campeón mundial y líder del ránking de la FIFA, mejora su imagen a medida que avanza el torneo. Su victoria sobre Chile por un resolutivo 3-0 confirma al equipo de Dunga como favorito, aunque Argentina puede, con razón, discutirle esa condición a juzgar por lo ocurrido hasta ahora.
A diferencia de Brasil, que cedió dos puntos al empatar con Portugal (0-0) en la fase de grupos, Argentina cuenta sus cuatro partidos por victorias. La última, contra México (3-1), con una de las jugadas polémicas del Mundial: Carlos Tévez abrió el marcador en clarísimo fuera de juego.
El presidente de la FIFA ha tenido que pedir perdón a la Federación Mexicana por ese error del árbitro italiano Roberto Rosetti, y a Inglaterra por el gol negado por el uruguayo Jorge Larrionda a Frank Lampard contra Alemania.
Los dos errores fueron tan evidentes y el escándalo mundial tan aparatoso, que Blatter, hasta ayer inamovible en su intención de no admitir el uso de nuevas tecnologías en el arbitraje, ha tenido que dar marcha atrás y anunciar la reapertura del viejo debate sobre la introducción de las nuevas tecnologías en el arbitraje.
Europa, que en la fase de grupos no despertó pasiones, ha logrado, sin embargo, una fuerte presencia en cuartos. Alemania, tres veces campeona, camina con paso firme tras golear en octavos a Inglaterra (4-1), aun cuando fuera con una ayuda arbitral.
España mejora lentamente y frente a Portugal exhibió ya una fisonomía más parecida a la que le condujo al título europeo y al primer puesto del ránking mundial.
Holanda, dos veces finalista de la Copa del Mundo (1974 y 1978), ha disfrutado de un camino fácil hasta aquí, pero en el horizonte le espera Brasil, en uno de los partidos más interesantes que puede ofrecer el fútbol actual.
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