Alemania y Argentina fueron justos ganadores, de eso no hay dudas. Pero en sus partidos ante Inglaterra (4-1) y México (3-1) respectivamente, se vieron favorecidos por fallos groseros.
La FIFA y el International Board, dominado por británicos (¿reaccionarán ahora que Inglaterra fue perjudicada?), tienen que enfrentar la situación de una vez y evaluar en qué situaciones la tecnología podría ayudar. Repasemos un poco más en detalle qué fue lo que sucedió para tratar de ver qué se puede cambiar.
EL GRAN ERROR I
Corría el primer tiempo y Alemania dominaba a Inglaterra, aunque solamente ganaba 2-1. Y, de repente, Frank Lampard sacó un tiro potentísimo de media distancia que pegó en el travesaño, picó y salió.
La primera impresión fue de que se trataba de una jugada dudosa: ¿había picado adentro o afuera? La repetición despejó cualquier duda: el pique había sido medio metro adentro. Debió haber sido gol y empate inglés, pero no fue convalidado ni por el uruguayo Larrionda ni por su juez de línea, y Alemania terminó ganando 4-1, la peor derrota de Inglaterra en la historia de los Mundiales.
En defensa del asistente, o al menos como atenuante, se podría decir que al ser un tiro desde lejos no estaba en la mejor posición para ver si la pelota había cruzado la línea. Pero ahí es donde le pedimos a FIFA que deje de lado una inflexibilidad que la convierte en fundamentalista: con mínima tecnología (un chip en la pelota, cámaras como las que se usan en la llegada de las competencias atléticas), esa situación de juego podría quedar resuelta de una vez y para siempre.
FIFA ya dijo, a través de un vocero, que evalúa agregar asistentes del árbitro en la línea de fondo, pero que sólo podría entrar en práctica este sistema en el Mundial 2014. Es decir, en un futuro todavía lejano.
EL GRAN ERROR II
En el segundo partido del día, entre Argentina y México, hubo un error distinto, pero con muchos puntos de coincidencia con el anterior: también estuvo involucrado un juez de línea, fue un hecho decisivo en el desarrollo del partido y la tecnología jugó su parte.
Ante un avance profundo de Argentina, Oscar Pérez salió de su arco. Chocó con Tevez y la pelota le quedó a Messi, quien intentó un tiro por elevación hacia el arco vacío. En el camino, Tevez desvió de cabeza para abrir el marcador.
Olvidémonos de si hubo falta de Tevez sobre Conejo, ya que es una posibilidad que sería muy complicado juzgar. Lo que sí existió, y flagrante, fue offside de Tevez, quien no tenía ningún jugador entre su posición y la línea de fondo (la regla indica que tiene que haber dos como mínimo).
El juez de línea no marcó la posición adelantada, con lo cual el árbitro convalidó la conquista. Pero al mismo tiempo, la tecnología le jugó una pasada a la terna arbitral italiana, ya que el encargado de la pantalla gigante del estadio repitió la jugada, dejándolos en evidencia.
Eso fue realmente increíble: me imagino la misma situación en un estadio de Argentina y no quiero ni seguir pensando lo que sucedería. En Soccer City no fue tan grave, pero sí provocó un arremolinamiento de jugadores mexicanos ante el italiano Roberto Rosetti y su juez de línea. Los del Tri además perdieron la tranquilidad que hasta entonces habían tenido y les permitía mantener el partido bajo control.
No sé exactamente cuál es la solución que puede implementar FIFA, porque tampoco deseo que el juego se vea cargado una y otra vez de interrupciones para cuestionar fallos. Pero de alguna manera, estas situaciones de tremenda injusticia deberían ser atendidas por FIFA, que tiene al alcance de su mano herramientas tecnológicas que se viene negando a usar en base a un tradicionalismo que ya suena caprichoso.
LA FIGURA
Con sus dos goles, Carlos Tevez resolvió un partido que a Argentina se le había puesto complicado.
Primero fue con un cabezazo (en offside, sí) tras envío de Messi. Y después, con un soberbio disparo desde afuera del área, para poner un 3-0 que prácticamente sepultó a México.
Además, hizo el desgaste de siempre, peleó cada pelota y bajó a ayudar cada vez que hizo falta. Una noche para el recuerdo.
EL VÉRTIGO
Es el que le imprimió Alemania a su partido con Inglaterra. Aprovechó la lentitud general del equipo de Fabio Capello y manejó el ritmo del partido casi a su antojo, a excepción del momento en que Inglaterra marcó el descuento (1-2) y el inicio del segundo tiempo.
El mediocampo alemán se sigue luciendo y sus laterales se suman a un ataque ya de por sí temible, con Müller, Podolski y Klose. Sólo una cierta lentitud en los marcadores centrales los hace verse vulnerables por momentos, pero no hay dudas de que el choque con Argentina será de alto vuelo.
LA CALIDAD
Argentina fue favorecida por un fallo increíble en un momento en el que México le había cerrado los caminos. Pero, una vez más, tuvo la calidad y/o la suerte de los equipos grandes. Además quedó claro que Argentina tiene atacantes de primer nivel que hacen a la selección, como vengo diciendo, el principal candidato a quedarse con la Copa.
LA DECEPCIÓN
Una vez más, México se queda fuera de un Mundial sin llegar al dichoso quinto partido. Y otra una vez, más allá de un fallo ridículo, fue víctima de sus propias limitaciones.
México hizo un buen planteo táctico y, gracias a un mediocampo con mucho oficio, le quitó la pelota y le cerró los caminos a Argentina. Pero, a la hora de la verdad, le faltó peso en el área contraria. No tiene atacantes de gol, y si bien Javier Hernández y Pablo Barrera cumplieron un buen trabajo en el segundo tiempo, en el primer tiempo le costó al Tri llegar si no era por medio de remates de media distancia.
Ah, antes de dejarlos, me olvidaba de lo más importante: que se repitan los partidos como Inglaterra-Alemania. Independientemente del resultado, que se cumpla lo que alguna vez decía Mario Sánchez (un comediante argentino): "hubo flores y goles y más goles".
Felicidades.
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