ESPN
Japón ejecutó con dos tiros libres y un contragolpe a una Dinamarca sin más recursos que el juego aéreo y, con su victoria por 3 a 1 en Rustenburgo, se clasificó por segunda vez en su historia para la segunda fase de un Mundial, acompañando a Holanda en el acceso a octavos por el Grupo E.
Los Samurais, que superan por primera vez la fase de grupos fuera de su territorio, se medirán a Paraguay el próximo día 29, en Pretoria, por un puesto entre los ocho mejores.
Necesitado de una victoria para seguir adelante en el torneo, Morten Olsen suplió la baja del sancionado Simon Kjaer con Per Kroldrup y cambió a Jesper Gronkjaer por Thomas Kahlenberg, mientras que su colega Takeshi Okada, al que le bastaba el empate, alineó a los mismos que perdieron 1-0 contra Holanda.
Tras un intenso intercambio de ataques, Japón dio primero. En el minuto16, Honda lanzó un libre directo con la zurda. Sorensen, detrás de la barrera, divisó tarde el balón y cuando quiso reaccionar la bola ya se colaba junto al palo derecho.
Dinamarca trató de aprovechar, mediante centros sobre el área, la altura de sus torres, y especialmente los 195 centímetros de Bendtner, quien finalmente salió de titular, pese a sus molestias. La estatura media de los japoneses era ocho centímetros más baja.
Pero Japón siguió sacando partido a su puntería letal en tiros libres. En los 30, Yasuhito Endo, esta vez desde el centro, colocó la pelota junto al otro poste, el izquierdo. Con el 2-0, Japón tenía prácticamente segura su clasificación para la segunda fase, dada la escasa eficacia ofensiva de los nórdicos.
Olsen puso en juego al tercer Poulsen, Jakob, en lugar de Jorgensen para precipitar los ataques. Los daneses, en efecto, controlaron el balón frente a un equipo que casi lo desdeñaba, cada vez más convencido, a fuerza de goles y llegadas, de que era la táctica perfecta.
Un tercer libre directo estuvo a punto de darle el tercero a Japón, nada más reanudarse el partido tras el descanso. El balón, lanzado por el maestro Endo resbaló en el guante de Sorensen y se fue al poste.
El juego aéreo no dio el fruto apetecido a los daneses, que no lograban llegar con claridad arriba y, en cambio, tenían que derrochar energías en perseguir los veloces contragolpes de los asiáticos, que llegaban hasta el área rival siempre con peligro.
Nakazawa se batió con todo su cuerpo en el centro de la defensa con el gigante Bendtner y casi siempre con ventaja. El pivote danés se desesperaba a medida que transcurría el tiempo sin encontrar un remate claro.
Un tiro al travesaño de Larsen, a los 80, precedió en pocos segundos al penal del capitán Hasebe. Tomasson necesitó dos remates -el primero lo rechazó el meta japonés- para reducir la diferencia.
De nada les sirvió, porque seis minutos después Okazaki culminó un contragolpe marcando el tercero a puerta vacía.
La Dinamarca de hoy fue muy distinta de aquella que, con Morten Olsen en sus filas, deslumbró en el Mundial de México'86 antes de caer en cuartos de final contra España, en Querétaro (5-1), con cuatro goles de Emilio Butragueño.
Los Samurais, que superan por primera vez la fase de grupos fuera de su territorio, se medirán a Paraguay el próximo día 29, en Pretoria, por un puesto entre los ocho mejores.
Necesitado de una victoria para seguir adelante en el torneo, Morten Olsen suplió la baja del sancionado Simon Kjaer con Per Kroldrup y cambió a Jesper Gronkjaer por Thomas Kahlenberg, mientras que su colega Takeshi Okada, al que le bastaba el empate, alineó a los mismos que perdieron 1-0 contra Holanda.
Tras un intenso intercambio de ataques, Japón dio primero. En el minuto16, Honda lanzó un libre directo con la zurda. Sorensen, detrás de la barrera, divisó tarde el balón y cuando quiso reaccionar la bola ya se colaba junto al palo derecho.
Dinamarca trató de aprovechar, mediante centros sobre el área, la altura de sus torres, y especialmente los 195 centímetros de Bendtner, quien finalmente salió de titular, pese a sus molestias. La estatura media de los japoneses era ocho centímetros más baja.
Pero Japón siguió sacando partido a su puntería letal en tiros libres. En los 30, Yasuhito Endo, esta vez desde el centro, colocó la pelota junto al otro poste, el izquierdo. Con el 2-0, Japón tenía prácticamente segura su clasificación para la segunda fase, dada la escasa eficacia ofensiva de los nórdicos.
Olsen puso en juego al tercer Poulsen, Jakob, en lugar de Jorgensen para precipitar los ataques. Los daneses, en efecto, controlaron el balón frente a un equipo que casi lo desdeñaba, cada vez más convencido, a fuerza de goles y llegadas, de que era la táctica perfecta.
Un tercer libre directo estuvo a punto de darle el tercero a Japón, nada más reanudarse el partido tras el descanso. El balón, lanzado por el maestro Endo resbaló en el guante de Sorensen y se fue al poste.
El juego aéreo no dio el fruto apetecido a los daneses, que no lograban llegar con claridad arriba y, en cambio, tenían que derrochar energías en perseguir los veloces contragolpes de los asiáticos, que llegaban hasta el área rival siempre con peligro.
Nakazawa se batió con todo su cuerpo en el centro de la defensa con el gigante Bendtner y casi siempre con ventaja. El pivote danés se desesperaba a medida que transcurría el tiempo sin encontrar un remate claro.
Un tiro al travesaño de Larsen, a los 80, precedió en pocos segundos al penal del capitán Hasebe. Tomasson necesitó dos remates -el primero lo rechazó el meta japonés- para reducir la diferencia.
De nada les sirvió, porque seis minutos después Okazaki culminó un contragolpe marcando el tercero a puerta vacía.
La Dinamarca de hoy fue muy distinta de aquella que, con Morten Olsen en sus filas, deslumbró en el Mundial de México'86 antes de caer en cuartos de final contra España, en Querétaro (5-1), con cuatro goles de Emilio Butragueño.
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